PRESUMIENDO...
Ha sido necesaria mucha presión desde diferentes ángulos para que, al fin, el expresidente de URE, Gonzalo Belay, se decidiera mostrar una pequeña parte de los documentos que presuntamente involucran antiguos y actuales directivos de esta asociación en presuntos hechos que pudieran constituir presuntos delitos económicos.
Se trata de fotografías de facturas supuestamente emitidas y aceptadas de manera irregular. No sé si esta documentación puede tomarla en consideración un juez, en el caso que llegue a sus manos porqué, Gonzalo aún no explicado como es que, disponiendo de estos datos, no los ha presentado ante un juzgado para denunciarlo. ¿Hasta que punto es legal disponer de pruebas y ocultarlas durante tanto tiempo y, más tarde, hacerlas publicasen una web de Internet pero sin llevarlas ante un juez? ¿Esta manera de actuar también podría ser considerada delito?
Tal vez ocurra de esta manera porqué prevé destapar todo este asunto en la próxima Asamblea General de Socios (AGS) de URE, que se celebrará el próximo mes de junio de 2009 pero, teniendo en cuenta que no es socio, difícilmente se le permitirá la entrada y, aunque se sirva de un hombre de paja, no imagino hasta donde alcanzará explicar, y si lo hará de motu proprio o en nombre del Ratón Furioso. Tal vez deberemos estar atentos a las orejas de los participantes en esta reunión para ver quien lleva un discreto pinganillo oculto en la pabellón auditivo, al más puro estilo James Bond, en Casino Royale.
Si todas las pruebas que enseña ahora y las que promete mostrar en lo sucesivo son ciertas, queda claro que el lenguaje descarado y barriobajero que utilizó Gonzalo durante tanto tiempo en su página web estaba fuera de lugar. Con los documentos que dice tener, hubiera sido mucho más efectivo una redacción mucho más educada.
Aunque tenga razón, difícilmente podrá lavar su imagen de maleducado, deslenguado y pendenciero. Esta misma razón tampoco hará cambiar la opinión que muchos tenemos de su actuación que, a todas luces, ha obedecido a una venganza personal.
Toda venganza tiene un motivo. ¿Cuál es el de Gonzalo?
Me parece que quedan muchas cosas por destapar, más de las que quisiera El Ratón Furioso.
0 comentarios