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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

IMPACTO VISUAL

IMPACTO VISUAL

Esta frase ya forma parte del vocabulario del radioaficionado. El impacto visual se supone que es el efecto que produce sobre una persona la visión de un objeto en un lugar determinado. También podría definirse como una agresión estética. En todo caso se trata de una impresión muy subjetiva pues la estética es una percepción de la belleza, que es una cualidad abstracta y subjetiva, una representación mental que puede producir un placer intenso a quien la contempla. Una cosa es bella cuando posee armonía, es decir, que reúne un conjunto de características que la sociedad considera convencionalmente bonitas. Estas características son históricamente variables y dependientes de las diferentes culturas. Lo que para una sociedad es algo bello, para otra puede ser desagradable.

El concepto de impacto visual aparece en la legislación española como una idea amplia que analiza a través de parámetros cualitativos y cuantitativos el estado del medio ambiente antes, durante y después de una actividad. Esto significa que los responsables de esta actividad deberían predecir a efectos prácticos los posibles cambios que puedan producirse en el entorno de esta acción y sugerir o determinar las medidas correctoras que impidan o mitiguen en lo posible los supuestos trastornos que se causen en el medio ambiente.

La cesión de competencias de la Administración Central a las diversas Comunidades Autónomas y estas, a su vez, a sus Administraciones Locales, ha facilitado que los Ayuntamientos puedan intervenir en la regulación del Medio Ambiente mediante ordenanzas municipales que, o bien desde el departamento de Urbanismo o bien desde el departamento de Medio Ambiente, regulan todo tipo de actividades que, de una manera u otra afectan actividades tan dispares como vivienda, agua, residuos, atmósfera, sostenibilidad, naturaleza, etc. En este sentido, las antenas de radioaficionado pueden verse afectados por una o varias ordenanzas y, cada vez más a menudo, se redactan explícitas para la regulación de instalaciones de telecomunicaciones, en especial las de telefonía móvil. Salvo contadas ocasiones, el legislador no distingue unas antenas de otras y acostumbra a incluirlas todas dentro del mismo apartado, exigiendo las mismas soluciones tanto para los instaladores de las empresas de telecomunicaciones como para las sencillas, aunque a veces no tanto, antenas de radioaficionado.

En Catalunya existe el Consorcio local LOCALRET, que agrupa un total de 782 municipios catalanes. Su objetivo es dar una respuesta contundente y pro-activa del mundo local ante el rápido desarrollo de la sociedad de la información y de las nuevas tecnologías de las comunicaciones. Entre sus múltiples funciones tienen la del Asesoramiento jurídico y fiscal en el ámbito de las telecomunicaciones. De todo ello, lo que más interesa a los radioaficionados catalanes es la redacción y confección de modelos de documentación relacionada con el derecho local y con el derecho de las telecomunicaciones (ordenanza municipal para la instalación y funcionamiento de las instalaciones de radiocomunicación) El texto íntegro del modelo de ordenanza puede encontrarse en:

 http://www.localret.es/dret/iradioc/docs/ordenanca.doc

Advierto que está redactado en català pero, imagino que puede conseguirse una copia solicitándolo a consorci@localret.es o en el teléfono 93 486 14 30 o al Fax 93 486 14 13.

Lo más destacado de este modelo de ordenanza para los ayuntamientos es que en el Artículo 2, referido al Ámbito de aplicación, en el apartado 2b dice se excluyen de la aplicación de esta ordenanza las instalaciones catalogadas de aficionado, siempre que reúnan las siguientes características: que su potencia media sea inferior a los 250 vatios, y que transmitan de manera discontinua.   

Sin embargo, esto no soluciona el problema del impacto visual, aunque sirve de gran ayuda para los radioaficionados catalanes y, tal vez, puede ser de utilidad para los radioaficionados de otras comunidades autónomas.

Después de revisar diversa documentación se observa que los criterios que definen un impacto visual pueden ser distintos según los organismos encargados de valorarlos y que estos acostumbran a ser subjetivos y que, muchas veces, ni siquiera existe un criterio definido en el ente local, sino que todo queda en un ámbito ambiguo que depende de cada situación y momento. No existen, pues unos criterios unificados y cada ayuntamiento ordena según sus necesidades y/o capacidades. Sin embargo, es comúnmente aceptado que para conseguir el mínimo impacto visual lo deseable es que las antenas estén ocultas a la vista de los ciudadanos.

Si el impacto visual puede provocarlo todo aquello que sobresale, que está fuera de lugar o contexto, que no guarda una cierta proporción estética aceptable y aceptada, que llama la atención, o que desencadena algún tipo de prejuicio aunque no llegue a perjudicar a nadie, pocas cosas están a salvo de esta política.

Paradójicamente, puede ocurrir que un objeto que en su primera etapa pudiera catalogarse como impacto visual, como serían las altas chimeneas de las fábricas textiles movidas a vapor de principios del siglo XX, ahora se consideren como elementos arquitectónicos históricos y representativos de la cultura industrial que los entes locales se afanan en conservar.

¿Puede ocurrir que las antenas de radioaficionado lleguen a conseguir un estatus parecido al de las chimeneas? Difícilmente. La estructura metálica esquelética no responde a ningún canon estético. Sus medidas corresponden a unos cálculos técnicos que no tiene en cuenta la armonía de formas. Las antenas de radioaficionado no son agradables a la vista de un observador profano porqué carecen de las proporciones armónicas que convierten en bello un objeto, cualquiera que sea su utilidad.

Las empresas constructoras de antenas deberían estudiar diseños agradables que rebajaran el nivel de impacto visual. Las antenas deberían vestirse de tal manera que ocultasen sus partes metálicas. En estos momentos, algunas empresas ya están comercializando vestidos para antenas que las camuflan entre otros objetos parecidos. Las antenas situadas sobre mástiles a nivel del suelo, suelen transformarse en palmeras y otros tipos de árboles. Las antenas de telefonía móvil situadas a baja altura, adosadas a las fachadas de los edificios, se cubren con elementos transparentes a la radiofrecuencia que imitan el color y la forma de la pared. También se han visto antenas cubiertas por materiales que simulan depósitos o cajas que se integran con el resto del edificio. Sin embargo, aún no tenemos noticias de que existan vestidos o camuflajes para las antena de radioaficionado.

Mientras no aparezcan nuevos diseños de antenas discretas y eficientes, el camuflaje parece ser la opción que más se aplicará en los próximos años para rebajar el impacto visual.

Los radioaficionados deberemos adaptarnos a las nuevas demandas de la sociedad integrando nuestras en el contexto en el que estén instaladas, reconstruyendo su agresiva silueta para hacerlas más agradables y discretas.   

1 comentario

antonio -

estamos apañaos tengo la antena dentro de mi terreno y ya hay alguien que le molesta en fin de fuera vendran y de tu casa te echaran, esto es democracia. antonio