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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

UREGATE

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Un nuevo capítulo acaba de aparecer en la web www.cocodrilofeliz.es del expresidente de la Unión de Radioaficionados Españoles, URE (www.ure.es) don Gonzalo Belay Pumares, EA1RF, sobre la presunta trama de corrupción que afecta a la cúpula de la asociación y alguno de sus empleados.

Ya son muchas y muy graves las acusaciones publicadas por este exdirectivo sin que, hasta el momento, no se haya producido ninguna reacción por parte de la Junta Directiva en el sentido de despejar todas las dudas que cada vez son más acuciantes. Gonzalo Belay manifiesta que dispone de numerosas pruebas que sustentan sus innumerables acusaciones pero no se decide a denunciarlo ante un juez. La Junta Directiva de URE dice ahora que ha puesto el caso en manos de un bufete de abogados para que les asesore sobre lo que se ha escrito unos indeterminados autores. ¿Quiénes son? No se dice. No se sabe.

Esta información, por lo difusa, aún crea más incertidumbres entre los socios, pero hay más.

Si sólo se tratara de los problemas de una asociación cualquiera, entre las miles que pueblan nuestra geografía, esto no tendría más importancia que la que los socios quisieran darle, pero, en este caso concreto, estamos hablando de una asociación con más de 12000 socios, de ámbito estatal, que tiene por Presidente de Honor al mismísimo Rey de España, Don Juan Carlos I, y entre sus asociados hay eurodiputados, diputados, concejales y demás personas con un peso político substancial que, de alguna manera, tal vez podrían verse imputadas directa o indirectamente. 

La mayoría de los socios no tienen capacidad de decisión debido a la peculiar estructura jerárquica de la asociación, así que poco o nada pueden hacer, pero, y aquí es donde quería llegar, pueden entrar los medios de comunicación. Un periodista sagaz, bien sea de la Cadena Ser, El País, Interviú o cualquier otro lugar, puede hallar un amplio terreno para investigar y sacar a la luz toda la verdad de este escabroso asunto. La Casa Real tampoco puede quedarse al margen de esto pues pronto se celebrará el 60 aniversario de la fundación de URE y, posiblemente, la JDURE pida una audiencia real. ¿Se la concederán?

Si en décadas anteriores los radioaficionados hemos contribuido con nuestros equipos de transmisión por radio a salvar vidas humanas en momentos de catástrofes naturales, poniéndonos al servicio de la sociedad y de las autoridades, ahora es el momento para que la sociedad nos devuelva el favor y exija a los medios de comunicación que colaboren en el esclarecimiento de este asunto, que cada vez huele peor, para poner sobre la pista de la corrupción a fiscal, para que actúe de oficio si nadie se atreve a dar el primer paso para desmantelar la presunta corruptela.   

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