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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

EL SEÑOR DE LOS CHANCHULLOS

EL SEÑOR DE LOS CHANCHULLOS

"Un Chanchullo para gobernarlos a todos. Un Chanchullo para encontrarlos, un Chanchullo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas en la Tierra del Ratón Furioso donde es extienden las Sombras".

El Ratón Furioso no deja de largar nuevas acusaciones contra antiguos y actuales directivos de la Unión de Radioaficionados Españoles, URE., cada vez más graves, y señalando a las personas con nombres y apellidos.

La trama que explica está muy bien urdida, prácticamente sin fisuras, lo que ya de por sí es sospechoso pues demuestra un conocimiento de la situación tal que cuesta de creer que sea una explicación de la realidad.

Según él, todos los cargos directivos, y algunos trabajadores, desde el año 2000, tiempo que también incluye parte de su mandato, están implicados en una trama de corrupción que incluye la apropiación indebida de una importante cantidad de dinero. Durante todo este tiempo se hubieran ido produciendo una cadena de encubrimientos sucesivos, cada uno de los cuales hubiera servido para conseguir determinados objetivos que no quedan claros. Todas estas acusaciones las hace sin aportar ninguna prueba que demuestre documentalmente la veracidad de sus palabras.

Sin embargo, lo más curioso del caso es que al final de su escrito, el Ratón Furioso alardea de que, quien en realidad los tiene a todos pillados es él, que dispone, según dice, todas las pruebas necesarias para inculparlos. Entonces, si realmente puede probar todos los delitos que imputa a antiguos y actuales directivos de URE, ¿por qué no acude al juzgado y lo denuncia, como es su deber? Recordemos lo que dice el Código Penal Español:   

CAPÍTULO II

De la omisión de los deberes de impedir delitos

o de promover su persecución

Artículo 450

1. El que, pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o

ajeno, no impidiere la comisión de un delito que afecte a las personas en su vida,

integridad o salud, libertad o libertad sexual, será castigado con la pena de prisión

de seis meses a dos años si el delito fuera contra la vida, y la de multa de seis a

veinticuatro meses en los demás casos, salvo que al delito no impedido le

correspondiera igual o menor pena, en cuyo caso se impondrá la pena inferior en

grado a la de aquél.

2. En las mismas penas incurrirá quien, pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad

o a sus agentes para que impidan un delito de los previstos en el apartado anterior

y de cuya próxima o actual comisión tenga noticia.

 

¿Por qué el Ratón Furioso no acudió a las autoridades a denunciar estos supuestos delitos cuando tuvo conocimiento de ello, en vez de escribir un larguísimo serial, más propio de una novela de intrigas palaciegas por entregas? Es difícil imaginar sus razones pero sí podría especularse que no haberlo hecho en el momento oportuno, y aún seguir sin hacerlo al día de hoy, al menos que tengamos conocimiento de ello, puede deberse, al menos, a cinco suposiciones:

 

  • a) Que no disponga de pruebas fehacientes de todo lo que afirma.
  • b) Que pretenda sacar algún provecho si no lo denuncia oficialmente
  • c) Que sólo desee crear discordias y dudas entre los socios y entre estos y la Junta Directiva.
  • d) Que quiera destruir la asociación para ocultar otros asuntos que no son de su interés.
  • e) Que quiera desviar la atención de algo que ignoramos.

 

Pero lo realmente divertido, si es que esta historia tiene algo de diversión, es que le propio acusador puede convertirse en acusado al afirmar ingenuamente que él lo sabía todo desde hace mucho tiempo. ¿Estamos ante un delito de encubrimiento? No lo sé, pero lo parece a ojos de un neófito en leyes.

Por supuesto, todo esto son meras suposiciones, ya que todo este comentario se refiere a lo leído en el sitio www.cocodrilofeliz.es donde su autor, conocido por el mote El Ratón Furioso, que el mismo se impone, y que en realidad corresponde a don Gonzalo Belay Pumares, EA1RF, expresidente de la Unión de Radioaficionados Españoles, sin que sea lo dicho ninguna acusación, sino la simple constatación de unos escritos de difusión pública.

La Unión de Radioaficionados Españoles, URE, está pasando por momentos difíciles, como casi todas las asociaciones españolas debido, probablemente, a un cambio de paradigma que se está gestando en estos momentos y que evolucionará hacia nuevas maneras de entender el sistema asociativo clásico que ha quedado obsoleto.

El sistema piramidal que aún pervive en muchas asociaciones posiblemente deje paso a nuevas formas de relación social, tal vez tendentes a modelos federativos, más próximos al socio y, por lo tanto, más efectivos y con mayores posibilidades de modernización.

Probablemente, en un sistema federativo bien estructurado no ocurrirían, o tendrían menos probabilidades de ocurrir, los hechos presuntamente delictivos que narra el expresidente de URE.

Es evidente que es absolutamente necesario llevar a cabo una exhaustiva investigación interna para depurar responsabilidades y limpiar el buen nombre de URE y de las personas que sean inocentes porqué, no olvidemos que la Constitución de 1978 , en el Artículo 24 regula el derecho de todo ciudadano español a ser considerado inocente mientras no se demuestre lo contrario.

Se mire por donde se mire, el Ratón Furioso se ha equivocado en la forma y el fondo.

Honoré de Balzac dijo en cierta ocasión: En la venganza, el más débil es siempre el más feroz.

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