¿LOS PROBLEMAS LLEGAN SIN AVISAR?
La percepción común es que un día te levantas, o giras por una esquina, o descuelgas el teléfono y ¡zas!, te aparece un problema con el que no contabas. Lo mismo se cree de los accidentes, que suceden sin un aviso previo. Pero la realidad indica que esto es completamente falso. Precisamente, lo que más abunda antes de un problema o accidente son los avisos. Otra cuestión es que les hagamos o sepamos hacerles caso.
En el caso de la radioafición, la escandalosa ignorancia de los múltiples avisos que estamos recibiendo es paradigmática.
El foro de URE se hace eco de la noticia aparecida en el periódico digital Ine.es que publica la noticia que un juez ha anulado la licencia de instalación de una antena de radioaficionado. (http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=1805_54_572111__Centro-juez-anula-licencia-instalacion-antena-radioaficionado)Inmediatamente se ha levantado una ola de indignación pero, ¿acaso puede extrañarnos que cada vez no encontremos con mayores dificultades para instalar uno de los elementos más esenciales para el funcionamiento de una estación de aficionado?
En esta vida todo tiene un precio y ahora estamos pagando los desmanes que hemos cometido, escudados por la famosa Ley de LEY 19/1983, de 16 de noviembre, sobre regulación del derecho a instalar en el exterior de los inmuebles las antenas de las estaciones radioeléctricas de aficionados.
Avisé repetidamente, y en diversos medios, que se estaban cometiendo abusos excesivos al amparo de esta Ley y que si no éramos prudentes terminaríamos por pagar tanta impunidad. Dije que esta Ley no era patente de corso. Dije que esta Ley estaba desfasada y que era preciso que los responsables de la la asociación mayoritaria del sector empezara a moverse para conseguir que Telecomunicaciones la revisara. También dije que antes de instalar un falo antenístico, el aficionado pensara razonablemente si realmente lo iba usar para algo más que demostrar que tenía la cartera más abultada de billetes que ninguno de sus compañeros.
Nada, ni caso. Bueno, caso, en cierta manera, sí. Conseguí una colección de burlas, insultos y amenazas proferidos por arrogantes “lectores en diagonal” que no alcanzaron a entender el sentido de mis palabras. Pero ya no importa. El tiempo se empieza a encargar de ponernos en nuestro sitio.
Imagino que alguno de los lectores de este blog tildará esta comentario de alarmista y/o catastrofista. Es una pena que en vez reflexionar sobre el contenido del mensaje, sea más divertido cargarse al mensajero.
Johan Cruyff dijo en cierta ocasión que un problema no puede solucionarse si no se sabe cual es el problema.
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