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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

ESTACIONARIAS VISUALES

Los radioaficionados acostumbramos a ser muy etnocéntricos. Pensamos que sólo nos ocurren cosas a nosotros, tales como las dificultades de relación con los vecinos y administraciones, las averías en los equipos, la caída de rayos en las antenas y, muy especialmente, las ondas estacionarias.  ¿Se nos ha ocurrido pensar que el problema de las ondas estacionarias no es patrimonio exclusivo de las antenas de radio? Quien tuvo un verdadero problema con las ondas estacionarias fue Clark Elderidge, ingeniero del Departamento de Autopistas del Estado de Washington.  Cuando acaben de ver el video y lean la breve historia, podrán valorar en su justa medida lo que puede ocasionar un mal diseño, bien sea de una antena, bien sea de un puente. 





El Puente Tacoma-Narrows

El puente estaba ubicado en Tacoma (Washington, Estados Unidos) y su construcción, tras dos años de trabajo, se completó el 1 de julio de 1940. El proyecto fue liderado por Clark Elderidge, ingeniero del Departamento de Autopistas del Estado de Washington, aunque el diseño fue retocado, posteriormente, por Leon S. Moisseiff, quien introdujo numerosos cambios. Los más destacados afectaron a algunas de las vigas, que hicieron que la estructura del puente fuese mucho más ligera. Este hecho, unido a los novedosos métodos de cálculo utilizados en su diseño, le convirtieron en un puente muy ligero a pesar de su enorme tamaño. Tras su inauguración se convirtió en el puente colgante más grande de su época, con una longitud total de 1.810 metros, y un vano central de 853 metros.

El 7 de noviembre de 1940, tan solo cuatro meses después de su inauguración, la estructura del puente comenzó a fallar. Las autoridades cerraron el tráfico a las 10 de la mañana debido a las tremendas ondulaciones observables a simple vista, gracias a lo cual no se produjeron víctimas. La causa de los desperfectos fue achacada al viento; en el momento del fallo soplaba a unos 60 kilómetros/hora, lo que hizo que la estructura comenzara a oscilar en ondas de entre 1,5 y 8,5 metros, provocando, finalmente, el colapso del puente. En la investigación posterior se concluyó que las carencias del puente eras dobles: por un lado, el diseño había contemplado cargas menores a las requeridas; por otro, la falta de rigidez de la estructura, que contribuyó al desastre. No obstante, las conclusiones sobre las causas reales del fallo no convencieron a todos, ya que no se aportaron datos demasiado concretos, y todavía hoy sigue siendo objeto de debate.

Fuente: http://hispagua.cedex.es/documentacion/suplementos/desastres.htm

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