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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

ANTENAS Y SALUD

ANTENAS Y SALUD

Se han dicho, y continúan diciéndose, muchas tonterías sobre los efectos que causan las radiaciones electromagnéticas. El electromagnetismo está por todas partes, desde siempre y para siempre. Todo es vibración, todo vibra y emite radiaciones; las piedras, las plantas y, por supuesto, las personas.  

Sabemos que existen, básicamente, dos tipos de radiación, la NO ionizante y la ionizante. Las primeras no tienen efectos perjudiciales para las personas, en las dosis habituales, pero las segundas son mucho más peligrosas si no se tiene cuidado. Estas radiaciones peligrosas no sólo las producen los seres humanos sino también la naturaleza. Los rayos del sol, esos que tomamos tan alegremente en la playa, durante horas y horas en los meses de verano, y que luego en invierno seguimos haciéndolo en las cabinas de UVA y esquiando en la nieve son, potencialmente, peligrosas si no se toman con moderación y precaución.  

Sin embargo, parece que esto no preocupa a estas personas que se sienten tan mal cuando ven algo parecido a una antena en su tejado o en el del vecino. No quieren antenas cerca, pero se enfurecen si su teléfono móvil no tiene cobertura, o su ordenador pierde la conexión WIFI, o la señal de televisión sufre pequeñas interferencias, o reciben mal su emisora de radio favorita  mientras viajan en su automóvil.     

La ignorancia es muy atrevida, pero más atrevidos son algunos periodistas que acostumbran a inventar falsas alarmas sociales con el único fin de crear noticias cuando no hay verdaderas noticias.  

El Principio de Precaución que aluden algunos periodistas para incitar a sus lectores que se opongan, sin más razones que las suyas, a la instalación de cualquier tipo de antena, también debería aplicarse a ciertos periódicos y algunos periodistas que deberían limitarse a informar y guardarse sus opiniones generalmente bien desinformadas. 

Mientras tanto, mejor nos lo tomamos con un poco de humor negro.

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