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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

EL RATÓN MANDOBLERO

EL RATÓN MANDOBLERO

La esgrima es, a la vez, un arte y un deporte en el cual dos tiradores se enfrentan entre sí empuñando sus respectivas armas blancas. Se trata de un combate cuerpo a cuerpo donde media la habilidad de los contendientes. Como modalidad deportiva requiere disciplina y un largo aprendizaje para aprender a manejar con soltura el florete, la espada o el sable. Los esgrimistas deben conjugar destreza física y mental y, desde luego, un comportamiento exquisito, propio de damas y caballeros.

La esgrima no debe confundirse en ningún momento con el reparto de mandobles a diestro y siniestro. El mandoble es el golpe que se da con una espada grande con la ayuda de las dos manos. El mandoblazo no tiene nada que ver con la elegancia y exquisitez caballeresca. Más bien recuerda el ataque furibundo de los galos capitaneados por los energúmenos Asterix y Obelix. Su objetivo es repartir garrotazos a mansalva. Desaparece el toque para dar lugar a la fractura. Al mandoblero no le hace falta pinchar, pues lo único que busca es el golpe furioso.

Existen 38 especies de ratones, pero el más patético es el autodenominado ratón furioso que es de la subclase de los mandobleros. Los romanos no distinguían entre ratas y ratones, a los que consideraban , simplemente, ratas pequeñas. El término rata tiene en occidente connotaciones negativas pues se asocia simbólicamente a suciedad y enfermedad. Cuando la palabra rata se aplica a una persona, generalmente se asocia a un personaje envuelto a algo sospechoso y deshonesto. 

Con estas referencias, que pueden comprobarse en la gran enciclopedia www.wikipedia.org , no es extraño que alguien que se autodenomina ratón y, además, se adjetiva como furioso, no puede ser de ninguna manera una persona agradable y de confianza, como así se demuestra visitando su madriguera en http://perso.wanadoo.es/ea1rf/qrxjl08.htm, donde puede vérsele en braslip ocean talla XXL, acompañado de numerosas fotografías de otros animales por los que, al parecer, tiene una sospechosa filia.

¿Cómo pudo un ratón como este capitanear una asociación como la que ahora abomina durante tantos años? No lo sé. La cuestión es que desde su oscuro ostracismo sigue royendo las bases de la convivencia con sus fatuas ínfulas, en realidad, pólvora mojada que no asusta a nadie y que de lo único que se hace merecedor es de un misericordioso silencio. 

El ratón furioso ya no es lo que era, si es que fue algo alguna vez. La senectud hace estragos en sus facultades mentales y le impele a actuar de una manera irreflexiva, intentando batirse a mandoblazos ante un espadachín que se limita a sonreír ante sus golpes flojos y desacertados. Mejor haría alejándose con elegancia, dejando que su vida fluya en la contemplación introspectiva hasta el fin de sus días en cualquier camping, rodeado de perros. Es lo único que le queda.

1 comentario

joan -

Hombre, Pere...no califiques de energúmenos a Asterix y Obelix. Soy devoto de estos memorables personajes y sólo recurren al mandoble cuando se han agotado todas las herramientas de la inteligencia. Incluso en este caso, lo utilizan bajo los efectos de una poción cuya fórmula sólo conocen los sabios.Ya la quisiera la URE para sobreponerse a sus miserias. Es justo lo contrario de lo que está pasando aquí, donde el razonamiento, la mesura, y el enfoque de la situación esta ausente.
No estamos, allá donde pasar del otro lado del desastre tan leve parecia. Recurro a unos versos de Valente -y Dios me perdone, los "apaño"- para ejemplificar que esto no tiene arreglo. No estamos.