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EL RADIOAFICIONADO PATITIESO

¿PROMOCIONAR O DIVULGAR?

¿PROMOCIONAR O DIVULGAR?

Mis ocasionales lectores saben que estoy poniendo en duda la necesidad de promocionar la radioafición. Es probable que alguien piense que voy contra corriente y que con mis comentarios estoy haciendo un flaco favor a la radioafición. Sepan estas personas que mis intenciones van en sentido contrario a sus suposiciones. Lo que pretendo es que reflexionemos sobre lo acertado o no de estas acciones, llevadas a cabo muchas veces con mucho corazón y poca reflexión. 

 Toda hipótesis requiere una o varias preguntas iniciales. Estas son tan válidas como cualquier otra.

1)     ¿La radioafición debe promocionarse o divulgarse?

2)     ¿Hacia qué colectivos han de dirigirse estas acciones, en el supuesto que fueran necesarias?  

Tengo serias dudas que exista alguna necesidad real de promociona la radioafición, en todo caso, estaría dispuesto a admitir un cierto grado de divulgación, que es un concepto muy diferente. En caso que se aceptara esta diferencia, ¿ante quién habría que divulgarla? Parece que las personas que dedican una buena parte de su tiempo libre piensan que el colectivo más receptivo es el formado por los jóvenes estudiantes, sin embargo, los resultado obtenidos no parecen muy halagüeños. No existe, que yo sepa, ninguna base estadística que pueda demostrar que estas acciones tienen alguna utilidad real.

Según el Informe Europeo sobre la Calidad de la Educación Escolar del año 2000, la competencia española, en cuanto a capacidad lectora, está por debajo de la media europea en chicos y chicas de edades comprendidas entre los 9 y 14 años. A priori, el interés por una actividad basada en el estudio de las técnicas y tecnologías basadas en las ondas hercianas no parece un tema que interese demasiado a los jóvenes en edad de iniciarse en esta afición.  Pero no sólo esto influye, sino que también lo hacen otros factores que no se han tenido en cuenta. Mientras que en 1969 sólo el 20% de la población potencial se matriculaba en una universidad, actualmente, en el año 2006, lo hace el 50%. El resto, una vez acabada la enseñanza obligatoria busca su primer trabajo, especialmente en ETT, con un tasa de temporalidad del 65%. Además, según el informe del Observatorio Joven de Vivienda en España, sólo el 10,9% de jóvenes de entre 18 y 24 años, está emancipada. El resto sigue viviendo en casa de sus padres. El sueldo medio del joven español en el año 2003 era de 784€. De los jóvenes universitarios, más del 40% estudia y trabaja al mismo tiempo. 

Por otro lado, en el año 1969, el 75% de los radioaficionados de aquella época ya pensaban que se protegía poco a la radioafición, pero creían que la protección más eficaz era la fiscal (57%), frente a un 14% que pensaba que era mejor fomentar la vocación por la radio. La protección fiscal la pedían, sobre todo los de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años (21%).Las edades de los radioaficionados que manifestaron mayor afición eran las comprendidas entre los 40 y 49 años (47%) y  los 50 y 59 años (48%). No dispongo de datos actuales, pero subjetivamente pienso que la edad media de los radioaficionados españoles es bastante parecida a la de hace casi cuarenta años atrás.Atendiendo a estos datos, hemos de tener en cuenta que la esperanza de vida en el año 1969 era de 72,5 años, mientras que en el año 2006 es de 79,7 años, pero a esto hay que añadir que el aumento de la esperanza de vida ha venido acompañado de un aumento más elevado de la calidad de vida, tanto en salud como en medios económicos y sociales. Además, la edad media de jubilación se sitúa alrededor de los 63,7 años, lo que da como resultado una media de  unos 17 años de vida no laboral, que puede destinarse a aficiones que mezclen las relaciones humanas con las actividades culturales y de instrucción personal.  

Las conclusiones corren a cargo de cada cual. 

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